Jose
Creo que APRECAP puede facilitar a nuevos pacientes el contacto con quienes ya superamos la enfermedad, para contarles de nuestras experiencias.
José Giralt Amador

Don José Giralt sabía que tenía antecedentes familiares que lo podrían llevar a padecer cáncer de próstata pues su padre lo había padecido; también sabía que es una enfermedad que no se puede prevenir, por lo que el único camino a seguir era visitar, periódicamente, a su urólogo. Pero, a sus 61 años, jamás imaginó que una noticia tan delicada llegaría a las puertas de su casa en una de las épocas más emotivas del año: Navidad.

Ya había sufrido otro tipo de cáncer y salió victorioso. Por eso, aunque el diagnóstico fue un golpe duro, sabía a lo que se podía enfrentar y tenía a su familia a su lado para apoyarlo una vez más y afrontar lo que viniera. “Recibir un nuevo diagnóstico de cáncer en vísperas de las festividades de fin de año no era lo mejor; pero por otra parte, sabía que en la actualidad el manejo del cáncer está muy avanzado y no necesariamente implica una muerte inmediata, si se detecta a tiempo y se trata adecuadamente por profesionales médicos especializados. Así que pasamos la Navidad y el Año Nuevo muy unidos en familia, para enfrentarnos a lo que hubiera que hacer.”

Con el año nuevo llegó también el momento de tomar decisiones para luchar nuevamente contra este enemigo ya conocido. Don José tenía el diagnóstico pero quería una segunda opinión y así fue como encontró a un doctor que, más que convertirse en su urólogo de cabecera, se convirtió en un gran apoyo para afrontar este nuevo proceso de recuperación. El diagnóstico quedó en firme y el tratamiento también: era necesario operar y extirpar la próstata por completo; pero la diferencia la hizo el trato que recibió este paciente de parte de su doctor.

“Se tomó el tiempo necesario para explicarme detalladamente en qué consistía la enfermedad, las opciones de tratamiento, y las consecuencias futuras. Con toda la paciencia del mundo, me comentó sobre los avances de la medicina en los últimos años, en especial de las técnicas de anestesia, y otros detalles que me tranquilizaron. Luego de esa cita sentí que había encontrado no sólo a un excelente profesional sino a un médico de una gran calidad humana.”, cuenta don José.

Además de buscar a ese profesional en urología que se tome el tiempo para asesorar a sus pacientes con cáncer de próstata, don José recomienda a las personas que pasan por esta enfermedad, que busquen apoyo en otros hombres que ya la han padecido para aplacar sus temores y ganar confianza. “Tuve la dicha de contar con la comprensión y apoyo de mis amigos en el trabajo, y la ayuda de un amigo muy cercano que había pasado por una experiencia similar poco tiempo antes. Fue de enorme consuelo poder conversar con mi amigo, sabiendo que él ya había recorrido el camino que ahora me tocaba a mí andar.

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Hoy don José puede sentirse un vencedor por partida doble y asegura: “Siento que vivo una vida prácticamente normal y que el proceso de recuperación ha concluido exitosamente. Existe una recuperación física y una emocional. Para la primera es imprescindible seguir al pie de la letra las indicaciones médicas. Para la segunda, uno saca fuerzas que no sabía que tenía para enfrentar situaciones difíciles. Además el apoyo de la familia y de los amigos es importante. Ver esta enfermedad como una prueba más de superación, comprendiendo que nada es casual y que todo sucede por una razón y a su debido tiempo, aunque en el momento no lo entendamos.”

Por último, este sobreviviente advierte a la población en riesgo: “Es de sentido común para cualquier hombre de edad madura llevar un control periódico sobre la próstata, siguiendo las indicaciones que le dé su médico, pues estadísticamente se sabe que muchos hombres después de cierta edad padecerán de esta enfermedad, y su factor de riesgo aumenta notablemente si tienen familiares que han padecido de cáncer de próstata, como era el caso con mi padre. No es una enfermedad que se pueda prevenir. Si le ocurre a uno, no hay más opción que erradicarla o tratarla, pero una detección temprana aumenta enormemente las posibilidades de vivir por muchos años más.”

Fuente: José Giralt Amador.